
La dependencia emocional afecta a muchas personas, aunque la mayoría no es consciente de este estado psicológico. Sienten malestar o miedos cuando se alejan de la persona en quien centran la dependencia, normalmente la pareja.
La dependencia emocional tiene lugar en las relaciones personales. Normalmente, se acusa más en las relaciones de pareja, pero también se da en las relaciones familiares y en las relaciones de amistad. Muchas de las personas dependientes no son conscientes, e incluso pueden llegar a negarlo si alguien plantea este problema.
Se trata de un patrón psicológico, por eso ante la falta de síntomas físicos puede llegar a ser complejo. Quienes presentan este problema son,
habitualmente, personas con baja autoestima y con muchas inseguridades.
También puede influir en desarrollar esta dependencia el tipo de educación recibida o los referentes familiares que se haya tenido. Es decir, las experiencias durante la infancia y una interpretación errónea del amor y las relaciones suelen ser las principales causas de relación patológica.
Es habitual que en las personas dependientes surjan cambios en la forma de ser y de actuar. Pueden modificar su rutina, sus gustos o sus opiniones, para gustar o ser valorado por aquella persona. Buscan en los demás lo que creen que ellos no tienen e idealizan a las personas de las que acaban dependientes. Es muy característico el miedo a ser abandonado.
Por ello, para prevenir la dependencia emocional es indispensable cuidar la salud mental, alimentar la autoestima desde la infancia y la confianza en uno mismo. Con los años, hay que alejar todo lo posible las inseguridades y los recelos.
Las consecuencias pueden ser muchas y variadas, e irán en función de la personalidad de cada paciente y del grado de dependencia que haya desarrollado.
En muchas ocasiones, las personas con dependencia emocional son incapaces de abandonar una relación, aunque sea tóxica y se sientan maltratados. Además, es probable que a la larga sigan buscando a parejas con carácter dominante y autoritario. Es importante tratar la dependencia porque puede derivar a trastornos de ansiedad, trastornos obsesivos, depresión y adicciones.
La dependencia emocional es un problema de salud mental cada vez más habitual y es frecuente que se vaya al psicólogo para resolver este estado. El tratamiento psicológico se centra precisamente en fomentar la autonomía del paciente y acelerar su proceso individualizado. Es vital disponer de un buen acompañamiento terapéutico que ayude a una persona dependiente a reforzar su confianza y a huir de relaciones tóxicas. Los profesionales en Psicología son una pieza fundamental y ayudan a comprender qué estrategias y herramientas pueden ser útiles en este proceso.
Para superar una dependencia hay que conseguir ciertos objetivos paulatinamente:
Para reforzar la autoestima en uno mismo, es importante recordar los éxitos individuales, huir de las comparaciones e iniciar nuevos proyectos que consigan emocionar y motivar. Además, hace falta trabajar la asertividad y aprender a decir si sin miedo y no sin culpa.
Dra. Claudia Pueyo
Centre Mèdic Atlàntida