
Aunque cada niño y niña tiene su propio ritmo de desarrollo, que debe respetarse siempre, existen ciertos hitos del desarrollo que están más o menos establecidos en cada etapa vital. Cuando no se alcanzan, es normal preocuparse. Uno de los más esperados es la edad a la que empiezan a hablar, pero ¿y si los pequeños tardan más de lo esperado?
Aunque cada niño tiene su propio desarrollo, los especialistas marcan ciertos hitos del desarrollo en las diferentes etapas de vida. Es decir, por lo general, los niños son capaces de hacer ciertas cosas a determinadas edades. Se establecen edades para empezar a caminar –en torno al año de edad– o para la erupción de los primeros dientes.
Otro ejemplo: la edad normal a la que los niños empiezan a decir sus palabras ronda entre los 12 y 18 meses. Pero las palabras pueden aparecer más tarde, y la edad a la que los niños aprenden el lenguaje y empiezan a hablar puede variar. De hecho, los retrasos en el lenguaje son muy comunes.
Los problemas del habla y del lenguaje son diferentes, pero en muchas ocasiones se superponen. Así, un niño con un retraso en el habla usa palabras y frases para expresarse, pero quizás lo que dice es difícil de entender. Y un niño con retraso del lenguaje puede decir correctamente las palabras, pero no saberlas combinar en una frase. En niños con problemas en el lenguaje, las palabras aparecen más tarde, así que ven muy afectada su capacidad de expresión.
Hay diversos factores que pueden provocar este tipo de patologías. Algunos están relacionados con alteraciones en la lengua o el paladar; otros con el frenillo corto; pero también puede haber factores hereditarios o lesiones ocasionadas durante el embarazo o el parto.
En ocasiones, los niños con retrasos del habla sufren dificultades orales-motores. Por eso, no coordinan labios, lengua y mandíbula, y tienen problemas para emitir los sonidos.
Otro factor habitual en esta patología está relacionado con los problemas auditivos, que pueden afectar a la capacidad de decir, entender, imitar y usar el lenguaje. En este sentido, un especialista debería evaluar la audición del menor.
Es importante que los familiares y los educadores observen ciertos signos que van en concordancia con esos hitos de desarrollo establecidos. En ocasiones, se tratará únicamente de un desarrollo más tardío, pero en otras pueden ser un aviso de un problema con el habla.
Es importante consultar con los médicos especialistas si:
A menudo, los retrasos del habla son temporales y se resuelven solos. Aun así, la familia puede fomentar y estimular a los pequeños para que hablen con gestos o sonidos. Se recomienda, además, que los padres y los adultos pasen mucho tiempo con el bebé o el niño pequeño jugando, leyendo, hablando…
Es decir, para favorecer el desarrollo del habla en casa, los padres pueden:
Existen casos en los que los retrasos del habla deben solucionarse con la ayuda de un terapeuta del habla o el lenguaje, que enseñará al niño a comunicarse. Es importante acudir a estos especialistas porque, a veces, esos problemas pueden ser un síntoma de problemas más graves, como la pérdida auditiva o un trastorno del espectro autista.
El terapeuta del habla o logopeda ayudará a los menores a mejorar sus habilidades lingüísticas y orientará a sus familiares sobre cómo desde casa pueden ayudarle a desarrollar y mejorar su comunicación. Para ello, utiliza métodos rehabilitadores del lenguaje y enseña nuevos hábitos. Algunos de los ejercicios más habituales son: